jueves, 28 de julio de 2011

domingo, 17 de julio de 2011

CONCIERTO DE GUITARRA

DIARIO DE UNA BAILAORA FLAMENCA POR LATINOAMÉRICA

Viaje sin retorno
DIARIO DE UNA BAILAORA FLAMENCA POR LATINOAMÉRICA

Durante cincuenta días, Concha Jareño ha recorrido Latinoamérica: Argentina, Chile, Uruguay, Perú, Costa Rica… No fue una gira de grandes escenarios, sino una inmersión en el tejido base del flamenco, el de las escuelas, las pequeñas salas y las gentes que, en cualquier latitud, aman este arte y se esfuerzan en aprenderlo. Por el camino, visitó Machu Picchu, Cuzco y la casa natal de Pablo Neruda, se asomó al Océano Pacífico, afrontó cancelaciones aéreas por la erupción de un volcán chileno… y, sobre todo, dejó parte de sí misma en aquellas tierras hermanas. Así lo cuenta en primera persona en este relato que publica en exclusiva por encargo de Flamenco-world.com

La idea inicial era viajar a Buenos Aires a impartir un curso dado que allí vive Sofía, una antigua alumna que desde que regresó a su país natal me había animado a organizar. Después de al menos tres años desde la primera vez que me lo dijo, por fin me animé y encontré un hueco para hacer el viaje. Además, yo estaba empeñada en hacer este viaje sola, bajo mi propia responsabilidad. Yo me encargaría de toda la producción... Marqué fecha, puse publicidad en Internet y, como por arte de magia, empezaron a llegar decenas de invitaciones a otros lugares de Argentina y otros países. En ese momento me encontraba en una transición de mi vida y me pareció una buena idea perderme por el mundo para volver a encontrarme y así empecé a diseñar este viaje que en principio duraría diez días y terminó siendo un viaje de más de cincuenta.
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Concha Jareño en El Perro Andaluz de Buenos Aires (Foto Ximena Martínez)
La gira comenzó en Santiago de Chile. Y lo primero a destacar fue la llegada en avión. Señores, ¡qué cordillera! Lloré como niña mientras la cruzábamos. En este lugar me esperaba Cathy Sandoval, una flamenca chilena que baila como un águila. Dicté cursos a tres niveles y otro de bata de cola, durante cinco días. Encontré gente interesante que no tuve tiempo de conocer tanto como me hubiera gustado, pero compartimos tan buenos ratos... El último día, hice una visita a Valparaíso para oler un poquito el Océano Pacífico y visitar la casa de Pablo Neruda.
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Concha Jareño en el backstage de El Perro Andaluz (Foto Ximena Martínez)
Y sin darme cuenta, ya estaba en Buenos Aires, donde pasaría dos semanas. Este lugar lo debo reseñar dado que ha sido donde más tiempo he pasado y, por lo tanto, donde más vivencias he tenido. Hice dos cursos, cada uno de cinco días y cuatro grupos a diferentes niveles. En esta ciudad hay mucho flamenco y un gran nivel. Las chicas -especialmente, las de los niveles más altos- venían con mucha hambre de aprender y de captar la esencia de los movimientos. En algún momento, me llamaban mucho la atención las preguntas con tanto detalle que hacían sobre los movimientos que, de algún modo, no tenían respuesta por ser la propia esencia de mi persona: no son movimientos analizados, sino más orgánicos.

Bailando por Buenos Aires

Concha Jareño en
Buenos Aires
Hubo un curso donde, verdaderamente, lo pasé genial. Fue en el de principiantes, donde nos hartamos a bailar por tangos y bulerías con pasos sencillos pero con un poquito de “mire usted”. Había que trabajar el aire flamenco y además tuvimos la suerte de contar con el guitarrista brasileño Jony Galveç y el cantaor argentino Maximiliano Serral que nos acompañaron en los cursos. Y ahí estuvimos jugando y aprendiendo a rematar el cante y la guitarra. Después, tuve el gusto de actuar dos noches en El Perro Andaluz, un tablao flamenco donde hay mucho amor y respeto por este arte y, realmente, fueron noches mágicas. Doy un agradecimiento a María de la Paz por invitarme.
Próxima parada: La Plata. Fui invitada por Carito Echegaray. Este lugar está muy cerquita de Buenos Aires y pensé que después de dos semanas allí este curso tendría menos repercusión. Pero, afortunadamente, hubo una gran acogida. Llegué con la energía por los suelos después de la intensidad de Buenos Aires, que sentí como un corazón latente que me absorbía, pero las alumnas tenían tanta ilusión y ganas de aprender que, sin darme cuenta, ya estaba con las baterías recargadas y dispuesta a darlo todo. Este viaje fue un suspiro, sólo tres días.
Y rápido a Rosario, una ciudad bonita la cual solo pude visitar rápido. Allí estaba la casa donde naciera el Che Guevara. Un taxista amable me lo indicó cuando pasábamos por ella. Aquí una de las alumnas me llamó mucho la atención porque prácticamente no sabia bailar, pero vino a tomar los cursos sólo por estar cerquita mío y poder verme bailar. Como bien me dijo ella misma, “ya que no haces un show, pues vengo aquí a verte”. “Ganas no me faltan”, le dije. Pero no es tan sencillo.
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Curso de Concha Jareño en Chile
Sin darme cuenta, estaba en Montevideo, un lugar que me recordaba a Cuba. Y lo más gracioso es que jamás estuve allí. En este lugar me esperaba María Noel, que tiene una escuela cerquita del mar, donde fui a pasear por la playa cada vez que podía para recargarme de vida… Ya empezaba a sentir un desgaste importante. Hice dos cursos de dos horas donde la primera media hora la dedicábamos a la iniciación de la bata de cola. Nadie tenía bata ni sabía cómo usarla y era un buen modo de motivar a las chicas. Si vuelvo a este lugar, espero ver las primeras batas de cola y la ilusión de aprender un poquito más sobre ella.
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Curso de bata de cola
Siguiente viaje: Neuquen, en La Patagonia de Argentina. Un lugar donde dicen que no hay mucho flamenco y, de un modo sorprendente, estaban los cursos llenos con alumnos de todas partes del país. ¡Genial! Fue un regalo inmenso ver cómo la gente se moviliza por estudiar el flamenco. En esta ciudad fueron tres días, al igual que Montevideo, La Plata y Rosario.
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Concha Jareño en Machu Picchu
Y entonces llegó el pequeño caos: un volcán en Chile entra en erupción y se cancelan todos los vuelos de modo indefinido. Yo tenía que viajar Neuquen-Buenos Aires-Lima. Tuve que tomar un autocar recién salida del curso para hacer 1.200 kilómetros durante toda la noche hasta la capital para poder llegar a tiempo a mi conexión. Después de toda esta odisea, mi siguiente vuelo tampoco sale y me quedo atrapada en Buenos Aires. Gracias a dios que tenía amigos con los que pasé al menos un buen rato de charla y cena. Al día siguiente, afortunadamente, mi vuelo salió y conseguí llegar a tiempo a la ciudad de Lima para comenzar el curso. La familia Cuéllar me había invitado y allí encontré una gente con tanto amor por repartir que me daban ganas de quedarme allí. Aquí impartí un curso de cinco días con dos niveles. Además, fui a ver un espectáculo de danzas regionales y quedé maravillada con la Danza de las Tijeras… ¡Y ahora sí! Ya me tocaba a mí y me di un pequeño regalito. Cuzco y Machu Picchu. Sola y en silencio. Qué maravilla, qué forma de recargar energía y, también sea dicho, ¡qué madrugones me tuve que dar!

Concha Jareño en el Teatro Nacional de Costa Rica
Y último destino, San José en Costa Rica. Visité el Teatro Nacional que tantas ganas tenia de ver y durante un largo rato de una mañana quedé en silencio en uno de los palcos… ¡Me gustó lo que sentí! Respecto al curso, interesante e inteligente la propuesta que me ofrecieron: sólo hacer cursos de técnica para aprender la base y después poder trabajar durante todo el año. Trabajamos, abanico, bastón, zapateado, giros, posición de cuerpo… ¡Sólo nos faltó un poquito de bata!
Por fin, el deseado regreso a mi tierra donde me espera un mes de ensayos y montajes que espero sean interesantes, fructíferos y estén empapados de todo lo vivido. Tan sólo han pasado unos días desde que regresé y recibo correos electrónicos donde encuentro alumnas que se sienten más felices por haber hecho flamenco. En resumen, podría decir que para muchos de los que vivimos esta aventura fue un viaje terapéutico y sin retorno. Pienso que después de una aventura como esta nunca regresas entera, se quedan Conchitas esparcidas por toda Sudamérica y me traigo conmigo miles de vivencias y experiencias que seguro me harán crecer y evolucionar en el camino artístico que con tanto esmero tratamos de trazar.

Un agradecimiento infinito al flamenco por darme tanto…
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Concha Jareño en Montevideo

lunes, 4 de julio de 2011

Una visión del Flamenco

Viernes 8,15, 22 y 29 de Julio a las 20 hs
Centro Cultural Borges 
Viamonte esq. San Martín – Sala III – 3 º Piso
Bs. As 
Informes: (011) 5 555 5359

Como imagen en el agua, es movimiento que fluye. Es proyección de un cuerpo pasional en sentido, en entrega; es camino personal y compartido, es vida latiendo flamenco.
“Reflejo” es un espectáculo hecho a partir de la imagen y la búsqueda de Carito Echegaray. Se hace carne y vive en el sello de su baile, como fruto de su conexión con el flamenco. El registro corporal como medula del espectáculo y el ida y vuelta de energía con los músicos se verán plasmados en los bailes como señal de lo vivido.
 
Dirección musical y guitarra: Nicolás del Cid
Cante: Montse Ruano y Eugenio Romero
Percusión: Papu Gigena
Bailaores: Diego Ferreira, Anabella Ablanedo, Melisa Elin Picon y Carito Echegaray
Dirección general: Carito Echegaray

PROGRAMACION!!!!